viernes, 31 de octubre de 2008

La odisea del ordenador

Escribo estas líneas desde mi nuevo y flamante ordenador... bueno, lo de flamante es una posibilidad del futuro, porque como lleva el windows vista de serie, tengo serias y preocupantes tentaciones de prenderle fuego... Debo contenerme, respirar hondo y ser más paciente (pero me cago en los Gates por varias generaciones!!).
Sí, sí, he dicho "nuevo" ordenador. Es el tercero que pasa por esta mesa en unas dos semanas. El nuestro, el querido hachepé pavilion, bueno, una servidora (o igual fue el pequeño, eso, eso, como ahora no se puede defender vamos a echarle la culpa al niño) abrió tal vez un poquito más de la cuenta la tapa y se abrió la carcasa de la pantalla. No problem. Por una vez, cuando el ordenador se vino a vivir con nosotros, hicimos uso de nuestra supuesta y a veces puesta en duda inteligencia y ampliamos el seguro hasta los dos años (más que nada por si al estar escribiendo y tomando café a la vez, que ya son dos acciones simultáneas, se me bloqueara mi disco duro y sucediera un accidente). Con toda la calma del mundo hicimos la excursión de turno con el ordenador, los niños y el juguete de última hora y nos fuimos a pasar la tarde a la vaguada. Con el ordenador echado al hombro, como otro miembro más de la familia, nos acercamos "a una conocida cadena de grandes almacenes con control sobre la llegada de las estaciones y que, entre otras cosas, rige la llegada de la primavera, el otoño y la Navidad, y que tiene un nombre cuyo significado jamás he logrado entender, acerca de unos ingleses que nos hacen un corte de mangas o algo por el estilo". El caso es que al llegar allí nos dicen, muy amablemente, eso sí, que nos tenemos que poner en contacto directamente con los del seguro y que ellos se acercan a casa a por el ordenador. Lo único que tenemos que hacer es embalarlo, poner nuestro nombre y dirección y hacer que no se note que es un ordenador y no decírselo a nadie. ¡Top secret!. Pues con las mismas, nos echamos otra vez el ordenador al hombro y nos volvemos a casa con los típicos comentarios de "si lo llego a saber" y similares.
Días después hablamos con los del seguro y nos dicen que se pasarán a recoger el "paquete" (je, je, ellos no saben lo que es y nosotros sí...). A la tercera vez que nos hacen quedarnos en casa "de cuatro a ocho", que era cuando supuestamente y si se daba la correcta conjunción astral recogerían el ordenata, por fin se lo llevaron. La verdad es que pensé que se me escaparía alguna lagrimilla, adiós, adiós, hachepé, gracias por tus servicios... El hombre que lo recogió no quiso saber nada, le dijimos que tuviera cuidado, que era muy frágil, y el hombre en plan habla chucho que no te escucho. En fin. Y hasta ahora, no hemos vuelto a tener noticias suyas. Igual ha hecho carrera, ha progresado en la vida y ahora es ya toda una estación de cálculo... Igual está hecho pedacitos, sin saber qué le ha pasado, por qué están tan interesados en verle las tripas, total, es todo silicio, para eso que miren la corteza terrestre...
El caso es que como necesitamos el ordenador (sí, sí, que no es un capricho, que es una necesidad tan real como lo es el comer y el dormir), adoptamos el antiguo ordenador de mis suegros (luego ya comprendimos por qué le habían jubilado...). Nos duró en funcionamiento menos de una semana. Empezó a hacer unos ruidos muy muy extraños como si le resbalara el disco duro (uy, esto suena muy mal, pero es como mejor lo puedo describir) y lo devolvimos. Ay, ay, la cosa ya estaba poniéndose fea. Así que decidimos volver a ese lugar de los ingleses y nos trajimos para casa el ordenador desde el que estoy escribiendo (otro pedazo pepino como el anterior, aunque más chiquitín y muy mono de diseño). ¡Qué felicidad! ¡Por fin volvíamos a tener ordenador! Ahí va Gemita que lo saca de su caja, lo pone en la mesa, lo abre, lo enciende, y.... el ordenador no consigue terminar la instalación del windows que, por cierto, nadie le pidió que se instalara el vista, y se mete de lleno él solito en un bucle de " no se pudo completar la instalación de windows, debe reiniciar". A la n+1 vez que lo hizo ya lo apagué y mentalmente le mandé a tomar viento fresco. De vuelta a su caja, a su soledad ordenadoril.
Decidimos que lo mejor sería llevarlo de nuevo a la tienda y que allí nos dijeran qué le había pasado. Encontramos de nuevo al amable señor que nos lo vendió y, al comentarle el problema que habíamos tenido, las pequeñas sospechas que tenía de que tal vez fuéramos un poco torpes se acabaron por confirmar con rotundidad. Como la cosa más natural del mundo, abrió el ordenador, sacó el manual de instrucciones, lo leyó, lo puso en práctica, y yo deseé que me tragara la tierra... Tan simple y tan tontos.... Conclusión: lo que no tiene remedio, no tiene remedio....

miércoles, 29 de octubre de 2008

Frase

El otro día, volviendo a casa en el coche, escuché una canción de El Último de la Fila, la de "cuando el mar te tenga" (sí, sí, también conocida como la de "vuela al viento espuma de mar"). Una parte de la letra dice "si lo que vas a decir uuh uuh uuh uuh no es más bello que el silencio no lo vayas a decir", y me hizo recordar una frase que me dijo un amigo de la facultad y que ahora quiero compartir contigo:
Los hombres somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.
Más que una frase como tal lo considero uno de los mejores consejos que se pueden recibir, y lo intento llevar a la práctica, aunque en algunas ocasiones sea difícil.

domingo, 26 de octubre de 2008

Soñar no es gratis. ¡Cuesta 2400 euros!

Sí, sí, que nadie se lleve a engaño. Soñar no es gratis (siempre se ha dicho pero creo que no se ha pensado realmente en profundidad). Todos los sueños nos piden pagar un precio. En ocasiones ese precio es un dinero que no tenemos. Otras veces el precio es despertar y sentir que una nube de humo cubre el cerebro y se desvanece para siempre ese sueño. Uno puede estar soñando toda su vida con algo, por ejemplo con hacer un viaje, pero si nunca se propone llevarlo a cabo, ¿en qué queda ese sueño? En una frustración que hace que se gaste euros y más euros en una terapia para superar ese trauma que le causó el no poder hacer realidad su sueño.
Lo que quiero decir es que si no vamos a intentar hacer realidad nuestros sueños, ¿para qué nos molestamos en imaginarlos? ¿Para qué nos vamos a engañar a nosotros mismos diciéndonos: mira, algún día podrás hacer este viaje tan maravilloso a las antipodas y además te lo vas a pagar con una pequeña parte de la lotería que te va a tocar y que te va a permitir prejubilarte 30 años antes de la edad de jubilación (oye, ya que se sueña, pues a lo grande...), si en el fondo sabemos que nunca podremos hacerlo? ¿No es eso peor que no soñar? Y sin embargo, no soñar... es duro no soñar con algo, ¿verdad? No tener una ilusión, algo a lo que agarrarse para seguir con el día a día y hacerlo más llevadero pensando: bueno, algún día llegará mi sueño.
Desde siempre tuve el sueño de ser madre, y ahora lo soy. No me sale gratis, me he gastado mucho en la leche de fórmula, en los pañales y en la toallitas, en la ropa, en fisioterapia (ya nos hemos hecho amigos), en paracetamoles e ibuprofenos, en los potitos, en los vídeos de pocoyó y los teletubbies (eso fue antes de descubrir el potencial del youtube...), vamos que de gratis ná de ná.
Tuve el sueño de ser profesora, y aunque me pagan por ello, tampoco me sale gratis del todo, en primer lugar me gasté ni se sabe la de euros en sobres y sellos para mandar las cartas, tengo que pagar el gasoil del coche, los bolis, la ropa con la que voy (no me gusta ir en pijama, no sé por qué me da por acurrucarme en una silla y echar una cabezadita, y eso da muy mala imagen a los alumnos, sospecho que me perderían el respeto).
Tengo el sueño de que todos los hombres y mujeres lleguen a vivir libres y ... estooo, creo que esto ya lo dijo alguien, no?
Y ahora estoy próxima, o eso espero, de cumplir otro de mis sueños de hace muchos años. Os lo presento en formato fotográfico: la Honda PS 125i


Preciosa, ¿eh? Después de varios e imprecisos en número meses de ahorro, al fin, seré motera y empezaré por esta belleza birruedil que ya he visto en la tienda y que tiene todas las prestaciones que busco en una moto: un par de ruedas, un manillar y un asiento. ¡Y además, se mueve! ¿No es estupendo? Lo malo, como sucede en todos los sueños, es que no es gratis. Lo bueno, que por muchos amaneceres que lleguen, me despertaré cada mañana, y la moto no se habrá esfumado al abrir los ojos, no. Estará esperándome en la calle.

miércoles, 22 de octubre de 2008

De estaciones y planetas

Segundo examen de la evaluación, ya por fin (alabados sean los videojuegos que no incitan al estudio) he encontrado unas buenas perlas para compartir. Empecemos:
  1. La pregunta trataba de explicar qué había de falso en una serie de afirmaciones acerca del Sistema Solar. Frase: Calixto y Titán son los dos satélites más grandes de Saturno (respuesta real: no, Titán es de Saturno pero Calixto es de Júpiter). Ay, craso error, si es que no sé escribir... esto es lo que me puso un alumno: Está mal porque no se escribe "Calixto", sino "Calisto". Hay que reconocer que el enfoque es original.
  2. Definición de equinoccio: Es la noche en que es de noche en todo el mundo. Uff, un poco oscuro sí que es, no sé si englobarlo en una categoría de "respuestas de los inframundos" o "llega el fin de los días... oscuridad eterna" o algo así. Todavía me dan escalofríos cuando lo recuerdo.
  3. Hablando de las estaciones, en una pregunta había que poner qué sucedía a partir de los días del equinoccio, y de los días del solsticio, astronómicamente hablando, se entiende (eso de que los días son más largos que las noches, etc). Pero es mucho más original poner: a partir del equinoccio de primavera salen las flores; a partir del solsticio de verano hace más calor; a partir del equinoccio de otoño se caen las hojas de los árboles; a partir del solsticio de invierno hace más frío. ¡Pero si esto es lo que ha aprendido mi hijo de dos años en la guardería! Impresionante documento...

miércoles, 15 de octubre de 2008

¡Cuánta falta de Octarino!

Como idea era buena, eso me lo tengo que reconocer. Pero como práctica... hummmm.... bueno no contaba yo con que mis alumnos no sabían de la existencia del octarino y por supuesto, jamás habían sido sensibles a su radiación. Y que aún habría de pasar mucho tiempo hasta que lo consiguieran. Me explico:
Una buena parte de los alumnos del colegio se han ido de viaje de principio del otoño (en realidad lo llaman semana verde, porque se supone que van a hacer cosas relacionadas con la naturaleza, pero la pura verdad es que se van de excursión a no hacer gran cosa y a perderse clase - o a buscar setas, vete tú a saber-). El caso es que unos pocos, no se sabe si por falta de ganas o por cualquier otro oscuro motivo como que sus padres les han castigado, que todo es posible, se quedan en el colegio.
Pensé, pobres, encima de que no se van al viaje no les puedo poner a dar clase o a hacer ejercicios, que sería lo más provechoso pero no lo más interesante para ellos. Ya sé, voy a proponerles algo diferente, voy a enseñarles que en otros universos también tienen leyes de la naturaleza y conocimientos científicos y tecnológicos. Y les he hablado de la constitución del universo del Mundodisco, de la sucesión de sus ocho estaciones, de la existencia de una brújula hecha de octhierro que se orienta por el campo magnético del Eje, de una cámara de fotos en la que, como yo ya sospechaba desde hacía tiempo, hay un pequeño ser pintando a toda pastilla las escenas, en fin, hay tanta ciencia en este universo de fantasia...
Pensé que les interesaría, que querrían saber más, que les picaría para que ellos mismos propusieran otros modelos cosmológicos y se inventaran nuevas leyes de la naturaleza y nuevos instrumentos científicos... Pero se me escapaba una cuestión muy simple y básica. Al desconocer la existencia de ese octavo color, aun si no hubieran sabido cuál era y su nombre, todo les sonaba demasiado raro. No han llegado a entender el propósito de mi actividad, ni siquiera entendían los fragmentos de la historia que leían. Decían, ignorantes de todo, que había faltas de ortografía (¿cómo es eso, que hay faltas de ortografía? Sí, es que aquí pone Rincewind, y no sé qué es eso. Ya, mira, es que es el nombre de un personaje de la historia... - y aquí, a los cinco minutos de plantearles mi propuesta ha comenzado el proceso de mi arrepentimiento). Ay, qué desolación, que fracaso más absoluto. Así, ¿cómo voy a fomentar ese interés por la lectura que se nos pide en una de las famosas competencias básicas? ¿Qué hago, les mando leer un tocho de historia natural que no les interese un pepino? Había pensado mandarles un trabajo voluntario para subir nota acerca de algún libro de fantasía analizando las diferencias y analogías entre nuestra ciencia y la suya, pero visto lo visto hoy, me lo voy a pensar dos veces.
Desde luego que mañana me los llevo al laboratorio y que vean muestras al microscopio y que mezclen disoluciones que cambien de color, que eso les mola más.

Estoy loco por el tenis...

Ayer, viendo el partido de Nadal del masters de Madrid...
- Hala, mira, y encima le ha roto el servicio!!
Esto no le debió gustar demasiado al niño de dos años, porque comentó:
- Oh, le ha rompido el baño. Pues ahora hace el pis en otro baño.

domingo, 12 de octubre de 2008

The Core (el núcleo)

Tenía un amigo que clasificaba las películas en tres tipos:

1- la que es necesario y/u obligatorio ver en el cine, en pantalla grande y con surráun

2- la que puedes esperar a que salga en el video club y la ves sin anuncios

3- la que puedes esperar a que la echen por la tele e incluso te permites hacer zapping de vez en cuando

La que nos ha tocado este fin de semana claramente ha sido de la segunda categoría. The Core (el núcleo), ese era su título. El argumento es bien sencillo: el núcleo externo de la Tierra ha dejado de girar con normalidad (claro, claro, si es que nos olvidamos de hacer caso a la inercia y pasa lo que pasa) y la vida en el planeta corre peligro sin una magnetosfera que nos proteja del viento solar. En esa parte tienen razón, sin la magnetosfera no podríamos vivir. Así que deciden construir un artefacto similar a un submarino pero de un material especial, el unobtanium (señorita, ¿eso existe?), e introducirse en el núcleo terrestre para, a través de unas explosiones nucleares, reestablecer el giro normal del núcleo.

Vaya, parece interesante, vamos a alquilarla por si se la puedo poner a mis alumnos esta semana que viene, ya que hemos dado las capas de la geosfera, igual es interesante, no? Pues no. No lo es. Si se la pongo, que como idea lúdica no está mal, luego nos vamos a pasar varias horas discutiendo sobre la posibilidad de llevar ese tipo de viajes a cabo, y si encontramos ese material sí se puede hacer, verdad, señorita? ¿Y de qué está hecho el submarino? ¿En qué parte de la tabla periódica está el unobtanium? ¿Y con un láser gigante se deshacen las rocas? ¿Y se puede usar esa máquina para hacer túneles en Madrid? Se iban a poner de contentos en el ayuntamiento...

¡Chicos, chicos, parad! ¡Que es una película, no es la realidad! Bueno, si no encuentro otra mejor (ejem, quiero decir, si no se me ocurre otra película que ponerles...) puede ser entretenido ver juntos esta. Pero que la alquile el colegio, porque encima, además de ser de la categoría número dos, nos ha costado el alquiler desde el viernes por la tarde cinco euros y medio (y lo pongo en letras para que parezca mucho, que lo es).

sábado, 11 de octubre de 2008

Hoy soñé que era un ser de la hidrosfera...

Este fue el título que propuse a mis alumnos para la redacción-castigo del jueves. En lugar de dejarles sin recreo, cuando les llamo la atención más de n veces durante la misma clase, les mando una redacción. El título lo elijo según lo que estemos dando en clase, y a partir de ahí les pido que le echen imaginación. Este método no lo he inventado yo, me lo contó mi amiga Bea que también es profesora y lo aplicaba con sus alumnos hace varios años. A ella le funcionaba. Y a mí de momento también.
El caso es que el jueves pasado, en uno de los grupos de primero, hubo muchos a los que tuve que llamar la atención varias veces. Cierto es que en esa clase me lo paso muy bien, me hacen reir bastante y no puedo enfadarme con ellos porque no tienen maldad. Pero me hacen interrumpir la clase, y tienen que tener algún tipo de "reprimenda" (normas del colegio). Al final hubo tantos alumnos en la lista de los que tenían que hacer la redacción que decidí que iba a ser voluntaria y para positivo. Entusiasmo general entre el alumnado. Por fin algo para ganar un positivo. Y me piqué y les prometí que yo también escribiría una redacción con ese título.
Al día siguiente la tenía hecha y se la leí al final de la clase. Fue de las pocas veces que estuvieron en absoluto silencio y escuchándome el rato que duró la lectura. Esto fue lo que les leí:

Hoy soñé que era un ser de la hidrosfera. Flotaba en un mar de aguas cálidas, mirando hacia las primeras estrellas que empezaban a brillar en un cielo todavía rosado por la luz del crepúsculo. Mis manos y mis brazos acariciaban el agua, que me respondía meciéndome con suavidad y arrullando mi cabello. Todo estaba en calma. Cerré los ojos y respiré profundamente, tratando de atrapar en mi pecho el frescor de la brisa de esa noche. De esa primera noche de luna llena después del solsticio. De esa noche en que sería finalmente liberada de mi maldición. El cielo iba adquiriendo una tonalidad añil y el Este clareaba con un resplandor dorado. La luna había comenzado su largo camino. Decidí regresar por última vez al que había sido mi hogar desde que aquel brujo me echase su maldición. Condenada a esconderme de mis iguales, condenada a vivir en la hidrosfera, huyendo de todo aquello que amaba. Condenada a vivir con escamas en lugar de piel, condenada a no poder caminar, a no poder sentir el tacto de la arena bajo mis pies. Me había hecho pagar un precio muy alto por atreverme a entrar en su reino, por atreverme a entrar en el lago prohibido. El precio que pagué fueron mis piernas. Muchas lunas han pasado desde aquel aciago día. Pero esta noche acabará mi maldición. Cuando los rayos de la luna llena iluminen la Piedra Blanca del templo de Falmun mis escamas desaparecerán para dejar paso de nuevo a mi piel, a mis piernas, a mis pies. Me sumergí por última vez bajo las aguas. Todo me parecía tan hermoso, tan bello. Es esa belleza que surge cuando la despedida es inminente y sin viaje de regreso. Adiós, hasta siempre, os recordaré en mi corazón, pero ahora debo recuperar mi vida anterior. Ascendí hasta la superficie y nadé hacia la costa. Consciente de lo que podía suponer para mis escamas permanecer demasiado tiempo fuera del agua, me arrastré hasta el pequeño templo abandonado de Falmun. Allí aguardé hasta que la luna empezó a iluminar la parte superior del templo. Luchando contra el dolor punzante que sentía en mi extremidad inferior, traté de acercarme al altar donde se encontraba la Piedra Blanca. Sabía que se me acababa el tiempo, que mis escamas estaban muriendo por la falta de agua, y con ellas yo también me moría. Sólo tenía que aguantar unos minutos más. Sólo unos minutos. Y sería libre, volvería a tener dos piernas. Miré hacia el cielo y se me heló el corazón. Unas nubes empezaban a ocultar a la luna. Si los rayos de luna no llegaban a la Piedra Blanca la maldición no se quitaría. Angustiada, continué mirando al cielo, como si por mirarlo con mayor intensidad pudiera apartar de allí esas nubes. Pronto todo el cielo estuvo cubierto de nubes oscuras. Con dolor me di cuenta de que esa primera luna llena tras el solsticio no acabaría esta pesadilla. Cerré los ojos y entre las ráfagas de viento que empujaban a las nubes creí distinguir una risa malvada. La misma risa malvada que escuché la última noche que tuve piernas. La última noche que pude soñar.

lunes, 6 de octubre de 2008

Frase

Esta frase es un dicho serbio:

No pasa el río, sino que pasa el agua; y no pasa la vida, sino que pasamos las personas por ella.

Ha surgido esta mañana, después de comer, como un momento de reflexión durante el cepillado de dientes en el aseo de las profesoras. Cómo se pasa la mañana, sí casi sin darnos cuenta, parece que nos pasamos el día esperando a que pase todo y luego qué? Cuando ya ha pasado no vuelve.

domingo, 5 de octubre de 2008

Cinco de Octubre (después del 4 y antes del 6), en la Tierra Media

5 de Octubre. Hoy se ha celebrado el Día del Docente. Ya hay que tener mala leche para celebrarlo en domingo. Hombre, eso se celebra un miércoles y se nos da el día de fiesta, digo yo...
El caso es que me enteré el otro día escuchando la radio que este domingo se celebraba el día mundial del docente como un reconocimiento a la labor (pocas veces reconocida) que realizamos los docentes de este nuestro mundo mundial (y parte del extranjero). Vale, eso hoy. El 30 de septiembre el homenaje al maestro con esos anuncios en las marquesinas de los autobuses acerca de Luke Skywalker y Obi-Wan. Ese día, yo feliz de mí, les dije a uno de mis grupos de 1º: chicos, vamos a poner la fecha de hoy, 30 de septiembre; por cierto, ¿sabéis qué se celebra hoy?. ¡Tu cumpleaños! No, no, hoy no es mi cumpleaños, y recordad que tenéis que llamarme de usted, mira que os cuesta. (anda que una treintañera tenga que pedir que la llamen de usted, con lo mal que me sienta que me llamen algunos niños pequeños señora...). Después de un par de minutos en los que al no acertar iban aumentando el volumen y ya parecía que estábamos haciendo una fiesta, les dije que si no habían visto unos anuncios en las paradas de autobuses, y ya un niño respondió que lo de Obi-Wan y eso. Bien, es el homenaje al maestro. ¿Y cuándo es el día del niño? ¿Por qué no nos saltamos las clases? ¿Tú eres maestra? ¿Qué es un agujero negro? (para qué habré dicho nada...)
Ese día me tocó trabajar, pero hoy he celebrado el día del docente. ¿Cómo? Corrigiendo los dos últimos grupos de exámenes del tema uno, y preparando un trabajo para los que se van a la excursión de la semana verde (que por cierto yo no voy). Si es que una es docente incluso en festivos!! Ah, pero luego.... he terminado de ver por fin El Señor de los Anillos, versión extendida. Si los Hobbits volvían a su casa trece meses después de su partida, nosotros hemos logrado terminar de ver los seis deuvedés en poco más de tres semanas. Creo que esta es la tercera vez que vemos la trilogía, y en versión original. Cada vez disfruto igual o más que la anterior, me fijo en los detalles, pongo a prueba mi memoria recitando los diálogos a la vez que los personajes, veo los paisajes y pienso lo chulo que sería viajar a Nueva Zelanda, ahí a la vuela de la esquina... Leí los libros mucho antes de que se hicieran las películas (ese primer año en la facultad...), y si ya con los libros disfruté como pocas veces, con las películas me ha pasado lo mismo. Para completarlo, también he escuchado cienes y cienes de veces los cedés de la banda sonora. A estas alturas, por si alguien se lo pregunta, no, no me considero una friki de Tolkien, aunque quizá lo sea sin saberlo. Él sí fue un maestro. Homenaje para él!! ¿Y cuándo se celebra el día mundial de Tolkien? Seguro que lo hay.
Otro día comentaré más de mis queridos elfos y demás seres de la Tierra Media. ¿He mencionado que también he soñado alguna vez con los personajes del libro? Continuará...