martes, 12 de enero de 2010

El temporal y las muchas tonalidades del gris.

Llevamos un invierno que la noticia del día es, casi siempre, el temporal. Hacía mucho que no teníamos un invierno así en Madrid, con tantos días de nieve. Una conversación trivial acerca del tiempo me ha llevado a otra reflexión... En realidad a más de una, pero están relacionadas. Una es la absurda relación que está habiendo entre ideología política (lo de ideología lo debería haber puesto entre comillas) y fenómenos climatológicos y otra es la tendencia que tenemos en este país de etiquetar a todos y además, con dos únicas etiquetas posibles. Bueno, afortunadamente no es algo generalizado, pero sí frecuente. Allá voy.

Mucho se ha oído últimamente sobre el cambio climático. Y se ha hablado también mucho. Con conocimiento y sin conocimiento. Como suele suceder en muchos temas de ámbito científico, se dicen unas cosas.... (me viene a la memoria unos "titulares" alertando sobre el "peligro" de poner en marcha el colisionador de hadrones del cern, no fuera a ser que, como van a estudiar el origen del universo a ver si vamos a crear agujeros negros dentro de la Tierra... vamos, es que ni me molesto en comentarlo). Me hace gracia ver a los políticos hablar de ciencia. Y a la vez me entristece enormemente y me enerva ver cómo utilizan la ciencia para tirarse los trastos unos a otros. Este del calentamiento global es uno de los ejemplos más claros que tenemos ahora. Parece ser, puesto que vivimos en el país de las etiquetas y del blanco o negro, que si comentas que a ver si no va a ser cierto que la temperatura media del planeta sube cada vez más, ya eres de ese partido político, y al contrario, si dices que no se ha demostrado que haya tal aumento, ya eres de ese otro partido político. Y todavía he llegado a ver/oír comentarios del tipo "Fulanito está a favor/en contra del cambio climático". ¿Pero es que alguien puede estar a favor o en contra de cualquier hecho científico? Señores, habrá que dejar a los climatólogos que estudien la influencia humana en los últimos x años y que los resultados de sus investigaciones sean los que hablen, no el interés político de unas personas que ni saben del tema y, lo que es peor, no les interesa (al menos no la parte científica). Vamos, es como si ahora hacemos un debate para ver quién está a favor de que cuando soltamos un objeto éste caiga al suelo. Absurdo, ¿verdad?
Por otro lado, ¿por qué esa tendencia a colgar etiquetas? Será por una necesidad de posicionarse. Pero lo triste y lo que cierra enormemente el abanico de posibilidades es que parece que, para la inmensa mayoría, solo hay dos opciones de posicionamiento. Y, lo que es peor, eso condiciona muchos otros aspectos: desde los medios de comunicación que debes leer/oír hasta la ropa que vistes o los sitios de ocio a los que acudes. ¡Qué pobreza, qué limitación, qué falta de palabras tengo ahora mismo para describirlo! Sinceramente, creo que nos estamos perdiendo mucho al permitir esas etiquetas con condiciones. Yo personalmente no me etiqueto ni me quiero posicionar de esa manera. Prefiero quedarme con cosas buenas (o menos malas) de cada una de las distintas opciones. Ojalá pronto la gente se de cuenta de que tal vez pueda haber muchas tonalidades de gris.