domingo, 21 de septiembre de 2008

Hoy ha llovido

Hoy ha llovido. Ha sido la despedida de un verano seco que ya tiene las maletas preparadas y está listo para embarcarse en su viaje al Sur, hasta que vuelva el próximo año. Mañana el verano se habrá ido y a las seis menos cuarto de la tarde, un par de horas antes de la puesta de Sol, entra el otoño.
Doce horas de luz y doce horas de oscuridad, eso es lo que sucede en los Equinoccios. A partir de mañana, notaremos mucho más el acortamiento de los días, y dentro de tres meses estaremos encenciendo lucecitas para que vuelva el Reinado de la Luz (aunque algunos centros comerciales se empeñen en encenderlas mes y medio antes del Solsticio), y de nuevo se alargarán los días, al principio despacio, sin prisa, y llegada la primavera con más ganas.
Mañana es un buen día para tomar referencias de orientación en el sitio en el que vivimos. El Sol saldrá justo por el punto cardinal Este y se pondrá justo por el punto cardinal Oeste. Claro, que si tenemos montañas altas, hay que prolongar imaginariamente la trayectoria que ha seguido el Sol hasta que la cruzamos con el horizonte, donde estará el punto cardinal.
Supuestamente en otoño llueve. Hoy ha llovido. Me gusta la lluvia. Me hace sentir bien. Cuando era pequeña, la lluvia significaba estar en casa. Estar en casa a menudo significaba estar en mi habitación. Y a su vez, eso significaba estar en mi pequeño mundo, donde podía leer tranquila, escuchar música, escribir, simplemente estar tumbada dejándome llevar por la imaginación. La lluvia es bonita. Hace brillar las calles de la ciudad, regala música a las ventanas y a los árboles. La lluvia da color al cielo y al aire. Hace salir el arco iris. Llena el aire de perfume, cuida la tierra, calma la sed de los ríos.
Ojalá este otoño podamos disfrutar de días de lluvia como los que disfrutaba de pequeña, y de no tan pequeña. Qué mejores compañeros en un día de lluvia que un chubasquero y unas botas de goretex, y un camino en el que la lluvia no moleste sino que acompañe. Los días de lluvia me gusta imaginar que vivo en un pueblo de la Sierra y que puedo salir a recibir a la lluvia con un paseo por el campo, aunque en realidad salga a mi pequeño trocito de bosque urbano, donde también la lluvia suena diferente que en el resto de la ciudad.
¡Feliz entrada de Otoño!

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