martes, 8 de diciembre de 2009

Infinito.

Mi última "adquisición" en la lista de las razones por las cuales cada vez me atraen más las matemáticas. Infinito. Cantor y sus números transfinitos. Es un concepto tan cotidiano, asociamos el infinito a aquello que es muy grande para medir o aquello que tiene tantos objetos que no los podemos terminar de contar nunca. Uno piensa en el infinito y en seguida mira hacia el cielo estrellado, "eso es el infinito", porque ni siquiera el contador de estrellas pudo terminar su tarea...
Desde hace dos meses, que es cuando empecé a adentrarme un poco más en serio en esto de las matemáticas, he descubierto que el concepto de infinito es mucho más que mirar hacia las estrellas y pensar que el universo no tiene fin. En términos matemáticos un conjunto es infinito si se puede poner en correspondencia biyectiva con un subconjunto suyo propio. Traducido a un lenguaje más coloquial, significaría que un conjunto infinito tiene los mismos elementos que un subconjunto suyo distinto de él mismo. Es decir, cogemos un conjunto infinito, cogemos una parte de ese conjunto (intuitivamente debería tener menos elementos, puesto que nos dejamos una parte sin coger) y ambos tienen la misma cantidad de elementos... Podría parecer una locura, pero se puede demostrar matemáticamente, y eso es lo fascinante de la historia.
Todavía tengo que acabar de madurarlo, pero se está empezando a hacer un hueco en mi cabecita. Pues que sea bienvenido.
Definitivamente, lo que me gusta de las matemáticas es que hacen pensar. Y mucho. Cada semana son nuevos retos, nuevos conceptos, nuevos quebraderos de cabeza. Pero los disfruto enormemente. Sólo espero poder seguir manteniendo esta ilusión hasta el final.

No hay comentarios: