miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿Dónde está la lluvia?

Esta falta de lluvia... todos los días hay un momento en el que parece que se va a cerrar el cielo e inmediatamente va a precipitarse todo el agua sobre nosotros. Pero qué va, es sólo un pequeño mosqueo. Sin ir más lejos, hace dos días estaba estudiando en la biblioteca y, como suele suceder desde hace varias semanas, me había llevado la bici. De pronto noté mucha oscuridad fuera de las ventanas, miré y vi un continuo de nubes gris-azulado como hacía tiempo que no había visto, de ésas que tanto me gustan. Pensé: es inminente, en menos de veinte minutos esto va a ser el diluvio. Recogí rápidamente para volver a casa, no fuera a ser que se me mojara mi querida bici. Ya en casa, no daba crédito. Miraba y miraba por la ventana y, debe ser que miraba en la dirección equivocada, veía nubes blancas y claros. ¿Dónde se habían metido esos preciosos nubarrones? ¿Por qué, lluvia, por qué te haces tanto de rogar? Todos los días tenemos un momento que parece que sí, que se va a decidir, incluso con un poco de voluntad se respira ese frescor que anticipa las buenas lluvias. Pero, aunque pueda resultar paradójico, todo queda en papel mojado. Y un poco más al norte, los embalses desaparecen y sólo queda un pequeño testigo de lo que una vez fue un río.

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