lunes, 15 de marzo de 2010

Empatía

Hoy terminé mi jornada de estudio con una sensación de pena. No porque se me haya dado mal, o no haya conseguido memorizar los temas. Ha sido una cuestión de empatía.
Cuando pasas tanto tiempo, tantas horas en el mismo edificio, compartiendo sala, mesa, estudios.... al final se desarrolla un sentimiento de empatía hacia los demás, digamos que se le coge cariño a las personas con las que compartes esa jornada. ¿No te pasa también a tí? Y hoy, una de esas personas con las que comparto la jornada, el estudio, algún que otro descanso... ha tenido una mala tarde. Me da mucha pena ver que alguien lo pasa mal, más aún cuando ese alguien se va convirtiendo poco a poco en una persona más cercana, en un compañero de estudio.
Es curioso, cómo determinadas circunstancias pueden acercar a unos desconocidos que de otra manera tal vez no se habrían acercado. Me recuerda en cierto modo a lo que viví en el camino de Santiago. Hay personas, en especial aquellas que peregrinan solas, que se acercan y se abren, en un par de horas te han resumido su vida, sus sueños y sus esperanzas. En un par de horas, que es el único tiempo que comparten contigo, y probablemente el último, se desarrolla también un sentimiento de empatía muy fuerte. Y digo que esto me parece curioso por la idea de que estás intimando con una persona a la que muy difícilmente volverás a ver. Es como una "inversión a fondo perdido". Pero a la vez, esa es una de las experiencias más bellas del viaje, la manera como te abres a los desconocidos. Sin prejuicios. Sin esperar nada más. Solo por empatía. ¿Acaso no es una de las relaciones más puras que se pueden tener con alguien?

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